El tendón de Aquiles conecta los músculos gastrocnemio y sóleo al calcáneo, soportando gran tensión al caminar, correr o saltar. Si eres fisioterapeuta, seguramente te hayas enfrentado a pacientes con tendinopatía aquílea de meses (o incluso años) de evolución.
Es esa lesión que parece no mejorar del todo, que regresa al mínimo descuido y que desafía incluso las mejores estrategias.
Este artículo no es un repaso más sobre el tema: es una guía práctica, directa y llena de consejos para que abordes estos casos con confianza y obtengas resultados reales en consulta.
Cuando el tendón de Aquiles duele, ¿qué ocurre?
La tendinopatía aquílea no es solo “una inflamación” como a menudo escuchamos. En realidad, se trata de una degeneración de colágeno del tendón que afecta su capacidad para absorber y liberar cargas, debido a microtraumas repetitivos o sobrecarga.
Pero ¿qué ocurre exactamente?
- Cambios en el colágeno: El colágeno tipo I, que da fuerza al tendón, se sustituye por colágeno tipo III, que es menos resistente. Esto lo hace más vulnerable al estrés repetido.
- Engrosamiento del tendón: Aunque parezca contradictorio, este “crecimiento” no es algo positivo. Es una respuesta compensatoria que limita su flexibilidad y su capacidad de absorción de impacto.
- Mayor sensibilidad: El tendón desarrolla hipersensibilidad, lo que provoca dolor crónico, incluso cuando la carga no debería ser un problema.
Dato práctico:
En casos avanzados, es común encontrar neovascularización en la ecografía, lo que indica la presencia de vasos sanguíneos nuevos que intentan reparar el tendón, pero que también están asociados al dolor persistente.
*El patrón se repite en la mayoría de tendinopatías, échale un vistazo a este articulo sobre la tendinopatía del manguito rotador para comprender mejor los cambios que ocurren en un tendón afecto.
Cómo abordar la Tendinopatía Aquílea: Pilares del Tratamiento
Ejercicio terapéutico, el eje central para el tratamiento del tendón de aquiles
Si hay algo que sabemos con certeza es que el ejercicio terapéutico funciona, siempre que esté bien diseñado y adaptado al paciente. Este es el punto donde puedes marcar la diferencia:
- Ejercicios excéntricos: El famoso protocolo de Alfredson es un clásico por una razón. Los descensos controlados del talón fortalecen el tendón, estimulan la regeneración del colágeno y reducen el dolor.
- 💡 Consejo práctico: Haz que el paciente realice los ejercicios en una escalera, usando la pierna no afectada para el ascenso y la afectada para el descenso. Ajusta la carga con mochilas o pesas ligeras.

- Ejercicios isométricos: En pacientes con mucho dolor, las contracciones estáticas son ideales para aliviar los síntomas sin empeorar la lesión (Rio et al., 2015). Por ejemplo, pedir al paciente que mantenga un levantamiento de talón durante 30-40 segundos en varias series.
En este video te explicamos cómo puedes incluir algunos de estos ejercicios:
- Carga progresiva: A medida que mejora la tolerancia, introduce ejercicios funcionales como sentadillas, zancadas o prensa de piernas. Beyer et al. (2015) sugieren que los ejercicios con resistencia pesada y movimientos lentos son incluso más efectivos que los protocolos excéntricos clásicos.
Más información sobre el tratamiento convservador para la rotura del tendón de aquiles con incremento de carga.
Errores comunes que debes evitar
- Reposo absoluto: El descanso total puede parecer una solución rápida, pero en realidad conduce a una atrofia del tejido sano circundante y prolonga la recuperación.
- Sobrecarga temprana: Introducir ejercicios de alta intensidad antes de tiempo no solo retrasa el progreso, sino que aumenta el riesgo de recaídas.
- Terapias pasivas sin ejercicio: Aunque útiles para complementar, no reemplazan la importancia del ejercicio activo.
Reposo absoluto
Incluso con las mejores intenciones, algunos enfoques pueden comprometer la recuperación del paciente.
Aunque puede parecer lógico darle “descanso” al tendón para reducir el dolor, el reposo total suele ser contraproducente. Cuando el tendón no recibe estímulos mecánicos, las fibras colágenas pierden orientación y densidad, lo que debilita aún más la estructura tendinosa.
Además, el tejido sano circundante, como los músculos del tríceps sural y las estructuras articulares, también comienzan a atrofiarse, lo que dificulta la recuperación funcional.
💡 Consejo práctico: Sustituye el reposo absoluto por un reposo relativo. Ajusta las actividades según la tolerancia del paciente, manteniendo ejercicios de baja carga o isométricos para evitar la pérdida de función.
LOS SNACKS DE MOVIMIENTO pueden ser una solución interesante para evitar el reposo absoluto en las primeras fases de una tendinopatía. En este short, te dejamos ejemplos de snacks de movimiento
Sobrecarga temprana
Es común que pacientes motivados (o impacientes) intenten acelerar el proceso aumentando la intensidad o la carga demasiado rápido. Sin embargo, esto no solo puede agravar la lesión, sino que también aumenta significativamente el riesgo de recaídas. Durante las primeras fases del tratamiento, el tendón no está preparado para manejar actividades de alto impacto como saltos, carreras o levantamientos pesados.
Dato interesante: Estudios como el de Rio et al. (2015) muestran que una progresión gradual de carga reduce la incidencia de recaídas y prepara mejor al tendón para soportar demandas funcionales.
💡 Consejo práctico: Aplica el principio del 10%, incrementando la carga de forma gradual cada semana. Monitoriza siempre el dolor durante y después de las actividades, ajustando si es necesario.
En este video te enseñamos estrategias de prevención y dosificación.
Terapias pasivas sin ejercicio
Las terapias pasivas como la electrolisis o la terapia manual, pueden aliviar el dolor de manera temporal, pero no abordan el problema de fondo: la regeneración y el fortalecimiento del tendón. Sin el estímulo mecánico adecuado que proporciona el ejercicio terapéutico, el tejido tendinoso no se adapta ni recupera su capacidad funcional.
Ejemplo clínico: En un paciente con tendinopatía aquílea crónica, combinar sesiones de electrolisis con ejercicios excéntricos ha mostrado mejores resultados en términos de dolor y funcionalidad en comparación con el uso exclusivo de ejercicio (Abat et al., 2015).
💡 Consejo práctico: Utiliza las terapias pasivas como complemento para reducir el dolor, pero asegúrate de integrarlas con ejercicios activos en el plan de tratamiento.
Trata el tendón de aquiles siguiendo estos consejos
La tendinopatía aquílea no es solo una lesión más: es una oportunidad para mostrar tus habilidades como fisioterapeuta.
Con un enfoque que combine el ejercicio terapéutico, el control progresivo de la carga y técnicas avanzadas como la Electrolisis, puedes no solo mejorar los síntomas de tus pacientes, sino también devolverles la confianza en su capacidad física.
Recuerda que cada paciente es único. Personaliza el tratamiento, escucha sus preocupaciones y educa sobre la importancia de cada etapa del proceso. ¡El éxito estará de tu lado!
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Referencias Bibliográficas
- Khan KM, Cook JL, Kannus P, et al. Time to abandon the ‘tendinitis’ myth. Painful, overuse tendon conditions have a non-inflammatory pathology. BMJ. 2002.
- Visnes H, Bahr R. The evolution of eccentric exercise in tendinopathy rehabilitation. Br J Sports Med. 2007.
- Rio E, Kidgell D, Purdam C, et al. Isometric exercise induces analgesia and reduces inhibition in patellar tendinopathy. Br J Sports Med. 2015.
- Beyer R, Kongsgaard M, Hougs Kjaer B, et al. Heavy slow resistance training versus eccentric training as treatment for Achilles tendinopathy. Am J Sports Med. 2015.
- Abat F, Gelber PE, Polidori F, et al. Clinical results after ultrasound-guided percutaneous needle electrolysis for tendinopathies. J Orthop Surg Res. 2015.
- Rompe JD, Furia J, Maffulli N. Efficacy of extracorporeal shock wave therapy in tendinopathies. Am J Sports Med. 2009.
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