La luxación anterior de hombro es un desplazamiento forzoso de la articulación glenohumeral que lleva a la cabeza del húmero fuera de su posición anatómica, caso del jugador del Real Madrid, Jude Bellingham.

El 90% de los casos son una luxación anterior resultante de un gran traumatismo que combina fuerzas de abducción, extensión y rotación externa.
Las luxaciones posteriores también pueden llegar a ocurrir pero son mucho menos frecuentes.

Además, esta lesión suele afectar a un gran número de estructuras que se encuentran alrededor, haciendo así el manejo de esta entidad clínica un problema complejo que vamos a tratar de simplificar a continuación.

LUXACIÓN DE HOMBRO. CONSIDERACIONES PREVIAS

Lo primero que se debe hacer ante una luxación de hombro es reducirla e inmovilizarla.
A partir de ese momento es crucial analizar el contexto del paciente en cuestión para ofrecer la mejor solución posible a su caso concreto.
Las consecuencias más comunes en estos casos suelen ser la lesión de tipo Bankart o Hill-Sachs:

  • La lesión de Bankart es un arrancamiento del rodete glenoideo.
  • La lesión de Hill Sachs es una depresión de la parte posterolateral de la cabeza del húmero representando la fractura de la misma debido al traumatismo.

LUXACIÓN DE HOMBRO. INESTABILIDAD CRÓNICA Y KINESOFOBIA

De las múltiples condiciones secundarias que pueden desencadenarse a raíz de una luxación de hombro cabe destacar la inestabilidad crónica de hombro y la kinesofobia.

La inestabilidad crónica de hombro ocurre cuando las estructuras que rodean la articulación glenohumeral no cumplen correctamente su función de estabilidad. Esto desemboca en un hombro con tendencia a desplazarse parcialmente (subluxación) o completamente (luxación) fuera de su lugar.

La kinesofobia es el miedo al movimiento, en este caso asociado a la articulación glenohumeral y vinculados a los rangos finales de movimiento que tienen semejanza con el mecanismo lesional (abducción, extensión y rotación externa).

De presentar el paciente una o ambas condiciones es probable que las recidivas y el dolor sean más difícil de erradicar.

TRATAMIENTO CONSERVADOR Vs TRATAMIENTO QUIRÚRGICO

El tratamiento conservador de la luxación de hombro consiste en cuatro pilares fundamentales; la inmovilización, recuperación del ROM, control neuromuscular de la escápula y recuperar la fuerza.

El tratamiento quirúrgico consta de distintos procesos invasivos con la intención de aportar una estabilidad estructural mayor a la articulación glenohumeral recurriendo a elementos de fijación externa.

La pregunta del millón es la siguiente:

¿Cuándo opto por la vía conservadora o por la quirúrgica?

Pues como siempre, depende. Sin embargo, a día de hoy encontramos ciertos criterios respaldados en evidencia suficiente como para decantarnos por uno u otro en según qué casos.

El tratamiento conservador parece no tener diferencia en el largo plazo con respecto al quirúrgico en casos donde el paciente es la primera vez que se luxa el hombro y no tiene asociado ningún cuadro de inestabilidad crónica ni lesión de tipo Bankart en ese hombro.

Por otra parte, el tratamiento quirúrgico parece presentar mejores resultados en el largo plazo en aquellos pacientes jóvenes cuyas demandas físicas sean elevadas (atletas cuya actividad es muy demandante para el complejo articular del hombro), tengan lesión de tipo Bankart o tengan cuadros de inestabilidad crónica asociados.

Luxación de hombro de Jude Bellingham, jugador del Real Madrid

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